Traducción
Y las doce puertas eran doce perlas, cada puerta una sola perla, y la calle de la ciudad era de oro puro, transparente como el vidrio.
Paráfrasis
Y todos los puntos bien defendidos que dan acceso al pueblo de Dios son extremadamente preciosos, cada punto de acceso defendido es especial de una manera única; y la manera en que la gente realiza sus actividades es santa, con una pureza intachable.
LA CALLE ERA DE ORO PURO, TRANSPARENTE COMO EL VIDRIO
Hay muchas cosas en Apocalipsis que están hechas de oro, a menudo de oro que era claro como el vidrio. Esto también era un uso de símbolos. La idea no era que Dios es rico; ¿por qué Dios se preocuparía por el oro? Él es dueño de todo lo que creó. Si algo es valioso para nosotros, no significa que Él lo valora más que otras cosas que creó. El foco es la pureza. Eso es a menudo lo que el oro simbolizaba en la antigüedad, de hecho, una de las palabras hebreas para oro significaba “puro.”
¿Te has preguntado alguna vez acerca de la descripción en Apocalipsis del oro que es claro, o transparente? Si purificamos el oro no se vuelve transparente; mantiene su color. Si de alguna manera hacemos que el oro se volviera claro, ya no sería oro. Entonces, ¿qué está pasando? La palabra traducida “transparente” era otro símbolo que también significaba “puro.” Cuando los dos símbolos, “oro y transparente,” se usaron juntos, significaba algo “dos veces puro.”
Pero eso no es todo, fue comparado con el vidrio. El vidrio en esos días no era como el vidrio de hoy, pues siempre tenía algunos defectos, pero como un símbolo transmitía la idea de la transparencia que a su vez significaba “puro.” Así que tenemos aquí otra capa de simbolismo que significa lo mismo que los demás en esta frase, ¡pureza! Además de eso, el adjetivo “puro” se utiliza para describir estos tres símbolos. Eso hace que hay cuatro capas apiladas, todas significando la misma cosa, ¡”puro!”
Mayormente el símbolo de las calles de oro y puertas de perlas se han aplicado al cielo, pero debemos recordar que el ángel estaba mostrando a Juan el parece de la novia del Cordero. Esto es una descripción del pueblo santo de Dios, Sus fieles seguidores, no una descripción del cielo. La lección que podemos aprender de este pasaje es que es realmente posible tener un corazón purificado mientras vivimos aquí en esta tierra; eso es el propósito de la sangre que Jesús derramó.
Me cuesta encontrar palabras para transmitir adecuadamente el impacto de este conjunto de tres símbolos y un adjetivo. “Oro” significa “puro”, y se llama “oro puro”, que significa “doblemente puro.” El vidrio tiene que ser puro. El vidrio se describe como “transparente”, otra frase que significa “doblemente puro.” Así que ahora tenemos dos frases que significan “doblemente puro.” Esta es una manera poderosa de comunicar pureza, utilizando lo que equivale a una cuadruplicación de la palabra “puro.” Está diciendo que ¡el pueblo de Dios conduce sus vidas de una manera pura, pura, pura y pura!
Usar la simbología era una manera mucho más elocuente de comunicar tales cosas. Para los lectores originales estos símbolos no solo eran más elocuentes que la repetición de la palabra “puro”, sino que solían magnificar el significado y el poder del mensaje. ¡No puedo imaginar una forma más poderosa de comunicar el concepto de pureza!
Observa la diferencia en los dos métodos de interpretación. Uno dice que este pasaje se refiere al cielo y nos informa que en ese lugar aun las calles estarán hechas de una sustancia que vale mucho dinero aquí en la tierra. El otro método indica que el pueblo de Dios mantiene la pureza como una alta prioridad y depende de todos sus esfuerzos y autodisciplina, combinado con una confianza completa en Dios, para lograrla. Una interpretación puede fácilmente volverse egocéntrico, mientras que la otra tiene que permanecer enfocada en el estándar santo de Dios y Su ayuda en vivir según ese estándar. En mi opinión, el uno no tiene ningún mensaje espiritual para nosotros en absoluto, el otro es un pequeño paquete apretado que contiene uno de los mensajes más poderosos que el cristiano jamás oirá.
Debemos esforzarnos por entrar en esa ciudad. Vemos en Apocalipsis la amonestación para estar seguros de que estamos entre los que entran en esa ciudad (el pueblo de Dios), y no uno de los excluidos del pueblo de Dios. Esta es una de las pocas exhortaciones que aparece en el mensaje completo en el pergamino que Jesús lee en 22. 12-16. ¿Qué nos califica para ser considerados parte del pueblo de Dios? Es la Pureza. No nos hacemos puros; sólo la sangre de Jesús puede hacer eso. Pero a la vez tenemos un papel que tenemos que desempeñar para mantener esa pureza diariamente; ese papel es depender del Espíritu Santo y rechazar el mal.