Apocalipsis7:1

Cuando un judío de la época de Juan, o un gentil que estaba familiarizado con la historia y el pensamiento de los judíos, leía que no habría viento, sabía que esto significaba que la actividad del Espíritu cesaría. Esto incluiría actividades beneficiosas y castigos. El castigo fue representado a menudo por vientos destructivos, pero sabemos que la presencia del Espíritu de Dios también es algo bueno, por ejemplo, piense en el viento fuerte que se escuchó en Pentecostés. De lo que sigue, vemos que el énfasis aquí parece estar en el castigo de los malvados, pero cuando el lector lee esto por primera vez, todavía no sabe cuál será.

Algunos creen que este viento se refiere solo al castigo o al juicio, y no hacen referencia al Espíritu Santo en sus comentarios. Sin embargo, creo que para los judíos de ese día, el enlace entre el viento y el Espíritu de Dios era tan fuerte que nunca podrían separarlos por completo. Si el viento era una señal del juicio, era un juicio que venía de Dios, ejecutado en algunos casos por Su Espíritu.

En el simbolismo es posible que no todos los detalles cuadren perfectamente con la buena teología. ¿Puede un ángel retener el Espíritu Santo de Dios? No. Pero como esto es un símbolo, no debemos analizarlo de esa manera. Yo creo que esto fue una manera de mostrarle a Juan que la actividad del Espíritu Santo se iba a restringir. Vio los ángeles restringir a los cuatro vientos y entendió su sentido. Esto es un símbolo que comunica una idea; no debemos dejar que cambie nuestra teología para dar a los ángeles poder sobre el Espíritu Santo. El castigo de los malvados está siendo restringido por un tiempo, y el Espíritu Santo de alguna manera estará involucrado en ese castigo. Eso es todo lo que necesitamos saber. Pensar que el Espíritu Santo estará involucrado en algo negativo como el castigo puede ser algo nuevo para nosotros. El Espíritu de Dios es la agencia activa de Su voluntad, con propósitos que son interpretados por los recipientes humanos como agradables o desagradables.

Esta restricción del Espíritu Santo sería solo por un corto tiempo, hasta que todos los fieles puedan recibir la marca que muestra que son la propiedad de Dios. Esto se da a los fieles como garantía que Dios los cuidará durante sus dificultades. Ya sabemos que en Apocalipsis eso no significa sacarnos de las dificultades, sino ayudarnos a ser fieles hasta el final. El mayor temor de los que sufren persecución no es el temor al dolor, sino el temor de posiblemente sucumbir a la tentación de abandonar a Jesús. El sello de Dios les asegura que, si buscan Su ayuda para permanecer fieles, recibirán Su fuerza para permanecer fieles, pase lo que pase.

Aunque esta restricción de la actividad del Espíritu es una restricción de Su castigo sobre los inicuos y se hace en nombre de los fieles, parece que esto también se hará como otra advertencia y proveerá otra oportunidad para arrepentirse. Servirá para despertar a las personas a su necesidad de Dios. Las Escrituras dicen que Dios no quiere que nadie perezca, pero que constantemente está extendiendo la oportunidad del arrepentimiento (II Pedro 3. 9). Hasta el último momento, ya sea el último momento de la vida o el último momento antes de que caiga Su juicio, existe la oportunidad de arrepentirse. Había lugar en el arca de Noé para más personas y había oportunidad para que se salvaran del diluvio hasta el momento en que Dios cerró la puerta. En su misericordia, Dios no trae juicio sin antes dar advertencias y tiempo suficiente para el arrepentimiento.

También servirá para hacer una mayor distinción entre las personas que siguen a Dios y las que se rebelan contra él. Siempre que Dios trae juicio, está claro que Su juicio es correcto y justo, porque Él ha dejado muy claro quién es rebelde y quién es fiel.